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jueves, 28 de diciembre de 2017

Julián Dupré: Campesinas



En la mitad del siglo XIX, 1845, un grupo de pintores decide reunirse en el pueblito francés de Barbizon, cerca al bosque de Fontainebleau, para formar la “Escuela de Barbizon”. Este movimiento artístico fue creado como una respuesta antagónica al romanticismo imperante, romanticismo cuyos referentes eran Delacroix y Géricault.

FUENTE:

Julián Dupré (1851-1910)

Los fundadores de la “Escuela Barbizon” más conocidos son Corot,  Daubigny, Millet y Rousseau. Poco se sabe de uno de sus seguidores, años más tarde, quizás el más olvidado de la historia del arte francés, Julián Dupré. Basta que cualquier persona coloque su nombre en un buscador de Internet, como Google, para darse cuenta que no hay casi nada escrito sobre el, en ningún idioma. 
La simple acción de salir de París e ir a instalarse a un pueblo olvidado expresa, de por si, una actitud rebelde. Rebeldía que, aparte de situarla en el plano de las artes, nos traslada, inevitablemente, al contexto social de esa Europa pobre e injusta del siglo XIX.
El siglo XIX, en las artes y en Francia, estuvo dominado por el estilo Neoclásico de un grande de la pintura, injustamente tratado posteriormente, como fue Jacques-Louis David. Una respuesta a este estilo fue el “Romanticismo” que ocupó el espacio de “vanguardia” hasta la llegada de los hombres de la “Escuela de Barbizon”.


"Cargadoras de heno", 1880 - Galerías Rehs, Inc., Nueva York



La llegada de la obra del pintor inglés John Constable (1776-1837) al Salón de París en 1824, remeció Francia; que se maravilló por las escenas rurales tratadas de una forma tan innovadora, real y natural. Tanto fue el éxito que su cuadro “Carreta de Heno” logró la medalla de oro. Esta nueva forma de ver y tratar las escenas rurales fue la llave para que este grupo de jóvenes, y sus seguidores, salieran del “Academismo” y entraran a un lugar pleno de matices filosóficos, políticos y artísticos.
Con la división de las pinceladas, que nos llevan a ver la variación de los elementos lumínicos en el cuadro, Constable entrega a los franceses una forma nueva de tratar la paleta, forma que utilizaran los pintores impresionistas años más tarde.


Julien Dupré fue uno de los principales representantes del realismo francés en la pintura del siglo XIX.

Vemos en la obra de Dupré un tratamiento analítico de los personajes del campo, tratamiento casi fotográfico de ese instante de trabajo y esfuerzo, que es la representación fidedigna del actuar campesino. Millet es un referente a este modo digno de retratar la vida rural, como lo puede ser Dupré si tuviera el reconocimiento merecido. Es, en definitiva, poder ver en una obra los sentimientos más íntimos del trabajador. Es sentir, viendo el esfuerzo o la tranquilidad del trabajador, su alma.


Su obra, junto con la de Breton y Millet, ejerció gran influencia en el desarrollo de la temática agraria del realismo socialista, de manera particular en la Unión Soviética y la República Popular China.


A mediados de la década de 1870 viajó a Picardía, y se convirtió en alumno del pintor naturalista, de género rural, Désiré-François Laugée (1823-1896), con cuya hija, Marie Françoise Eléonore, se casaría en 1876, año en que expuso su primera pintura en el Salón de París.


A semejanza de Jean-François Millet, Bouguereau y Jules Breton, a quienes admira, Dupré es uno de los mejores pintores de animales de su tiempo. Observó y pintó con fidelidad la vida de los campesinos, jugando con la luz. Dio profundidad a su pintura acentuando los efectos y haciendo resaltar la fuerza de sus obras.


Más conocido en los Estados Unidos, muchas de sus pinturas se encuentran en museos americanos. Expuso en el Salón de París con regularidad hasta su muerte y recibió la Medalla de Oro en la Exposición Universal de París de 1889 y la Legión de Honor en 1892.

En 1891 Marion H. Speilman, en su artículo titulado "La vaca blanca" (La Revista de Arte, 1891, vol. 14, p. 415), describe a Dupré como:
"... uno de los artistas de mayor crecimiento de la escuela francesa. Individual en su trabajo, preciso en calidad de observador, serio como un pintor, sano en sus instintos e intensidad artística, en sus impresiones y traducción de ellas... siempre es una de las atracciones en el Salón."

La crítica moderna ha reconocido la singularidad de las pinturas de Dupré en la representación de las campesinas francesas: "Los temas de Dupre son inusuales en varios aspectos. Más que cualquier otro artista activo hasta el presente sus cuadros muestran a las mujeres vigorosamente agitando heno de la tierra, con las horquillas y rastrillos. Algunas de estas pinturas tienen vagamente títulos con el motivo genérico, como "campo de trigo," pero todos tienen, evidentemente, la intención de representar a la mujer hermosa llena de glamour en ropa colorida mientras arroja el heno con energía masculina. Vistos sus cuadros alineados, se pueden leer casi como fotogramas de una película documental."














lunes, 25 de diciembre de 2017

El detalle que no conocía: ¿Por qué Rafael pintó seis dedos en una mano?

Es célebre por la perfección de sus pinturas.​ Junto con Miguel Ángel y Leonardo da Vinci forma el trío de los grandes maestros del período.​


Raffaello Sanzio (1483-1520),​ también conocido como Rafael de Urbino o, simplemente, como Rafael, fue un pintor y arquitecto italiano del Renacimiento. Además de su labor pictórica, que sería admirada e imitada durante siglos, realizó importantes aportes en la arquitectura y, como inspector de antigüedades, se interesó en el estudio y conservación de los vestigios grecorromanos.

Hijo de un pintor de modesta relevancia, fue considerado un niño prodigio por su precoz habilidad y al quedar huérfano se formó en los talleres de varios artistas de prestigio. A los 25 años obtuvo su primer encargo oficial, la decoración de las Estancias Vaticanas, donde pintó algunos frescos como La Escuela de Atenas, considerada una de sus obras cumbre.​ 
Nació en Viernes Santo y falleció en esta misma festividad el día que cumplía 38 años. Fue un artista muy productivo, en parte gracias a que dirigió un taller conformado por numerosos colaboradores,​ y, a pesar de su muerte prematura, dejó una extensa obra que en gran parte aún se conserva. La mayor parte de su trabajo está alojado en los Museos Vaticanos, ya que decoró con frescos las habitaciones conocidas como las Estancias de Rafael, el principal encargo de su carrera, que quedó sin terminar a causa de su muerte y fue completado por ayudantes.
Después de sus años de juventud en Roma, gran parte de su obra, a pesar de haber sido diseñada por él, fue ejecutada por su taller, con una considerable pérdida de calidad. Ejerció gran influencia en su época; aunque fuera de Roma su obra fue conocida sobre todo a través de la producción que hicieron los talleres de grabado que colaboraban con él. Después de su muerte, la influencia de su principal rival, Miguel Ángel, se intensificó hasta los siglos XVIII y XIX, cuando las cualidades más serenas y armoniosas de Rafael fueron consideradas de nuevo como un modelo superior. (Fuente)



En el siglo XVI se asociaba esta anomalía a la capacidad de tener un sexto sentido o la capacidad para interpretar sueños proféticos y el pintor lo colocaría en el cuadro con un mensaje claramente simbólico. Sin embargo, algunos aseguran que es sólo una mala lectura y que en la mano sólo hay cinco dedos. Teóricamente el sexto dedo es la palma de la misma mano.

El misterio de los seis dedos

En su obra La Madona de San Sixto (1516), pintó seis dedos en la mano derecha del modelo, el Papa Sixto IV, y no por ser ser fiel al modelo, sino porque la tradición asociaba esta anomalía anatómica a la presencia en el personaje de un sexto sentido (y particularmente de la facultad de interpretar los sueños proféticos). El nombre de San Sixto proviene de la palabra latina que significa "seis" o "sexto", y hay seis figuras en el lienzo.


No es un hecho aislado ya que Rafael lo volvió a repetir en el cuadro “Los desposorios de la Virgen”, donde pintó también seis dedos en el pié izquierdo de San José.

Por idéntica razón, el mismo Rafael pintó también seis dedos en el pie izquierdo del San José de otra de sus obras, Los desposorios de la Virgen (1504).

viernes, 22 de diciembre de 2017

Patrimonio del MNBA: "Floreal" de Louis Joseph Raphaël Collin

El pintor representa en su ninfa tomando el sol en un claro del bosque sobre una alfombra de césped y flores silvestres.


Louis Joseph Raphael Collin nació en París en 1850 y fue educado para una profesión en el Lyceum Saint Louis y el College of Verdun. En 1869, ingresó al estudio de Bouguereau como alumno, después de lo cual realizó un curso de estudio con Cabanel.

web 
Museo Nacional de Bellas Artes, Buenos Aires, Argentina



Comentario sobre
Floréal


​Raphaël Collin expuso la primera versión de Floréal en el Salón de París de 1886. En ese contexto el argentino Aristóbulo del Valle tuvo ocasión de ver esta pintura que –según sus palabras– se convirtió en “una verdadera obsesión para mi espíritu” (1). Al año siguiente, por intermedio de Eduardo Schiaffino, Del Valle entró en tratativas para poseer una obra del artista y ofreció a Collin 7.000 francos por una réplica de la obra entonces perteneciente al Museo del Luxemburgo (2) (actualmente en el Musée des Beaux-Arts de Arras).

Al enterarse por Miguel Cané de que un discípulo de Collin estaba prácticamente finalizando la reproducción, Del Valle indignado procuró emprender acciones legales contra el pintor. Sin embargo, la mediación de William Bouguereau, entonces presidente del jurado del Salón y de la Association des Artistes Peintres et Sculpteurs, frenó su intención al ratificar la validez de la intervención de terceros en la práctica en cuestión. Conforme, el coleccionista aceptó la pintura en Buenos Aires en 1889.
Floréal es un cuadro moderno que conjuga elementos de varias tendencias entonces en boga. No recurre a asuntos mitológicos o históricos para justificar la exhibición del cuerpo desnudo; la pincelada utilizada para la resolución del paisaje es deudora de la factura de los impresionistas. A su vez, la languidez de la muchacha se relaciona con la estética simbolista de Pierre Puvis de Chavannes, el modelo de Collin para expandir la enseñanza académica que recibió de Bouguereau y Alexandre Cabanel en sus años formativos. De este modo, Floréal es ejemplar de los intercambios que muchos artistas practicaron a fines del siglo XIX para hacer perdurar la tradición académica, y en particular el desnudo de salón, género que muchos consideraban agotado y en crisis (3).
María Isabel Baldasarre

Notas al pie

1— Carta de Aristóbulo del Valle a Eduardo Schiaffino, fechada “Buenos Ayres, Dic. 19. 87”, Archivo Schiaffino, AGN, Legajo 9-3333.
2— Cf. la entrada de catálogo en: Léonce Bénédite, Les chefs-d’oeuvre du Musée du Luxembourg. Paris, Lapina Éditeur, [ca. 1920], [s.p.].
3— Cf. Shalon Parker, “The crisis of Salon Nude and a Search for its Resolution: Raphaël Collin’s Au bord de la mer”, French Cultural Studies, vol. 18, nº 1, 2007, p. 5-29.

Bibliografía

1896. SCHIAFFINO, Eduardo, “Del Valle coleccionista. Fragmento de un estudio en preparación”, Argentina, Buenos Aires, a. 1, nº 12, 29 de febrero, p. 117-118.
1933. SCHIAFFINO, Eduardo, La pintura y la escultura en la Argentina. Buenos Aires, edición del autor, p. 334.
1993. OLIVEIRA CÉZAR, Lucrecia de, Aristóbulo del Valle. Buenos Aires, Gaglianone, reprod. p. 53.
2001. Malosetti Costa , Laura, Los primeros modernos. Arte y sociedad en Buenos Aires a fines del siglo XIX. Buenos Aires, FCE, p. 236, fig. 58.
2006. BALDASARRE, María Isabel, Los dueños del arte. Coleccionismo y consumo cultural en Buenos Aires. Buenos Aires, Edhasa, p. 169-170, reprod. color nº 67.

Patrimonio del MNBA: "Floreal" de Louis Joseph Raphaël Collin

El pintor representa en su ninfa tomando el sol en un claro del bosque sobre una alfombra de césped y flores silvestres.


Louis Joseph Raphael Collin nació en París en 1850 y fue educado para una profesión en el Lyceum Saint Louis y el College of Verdun. En 1869, ingresó al estudio de Bouguereau como alumno, después de lo cual realizó un curso de estudio con Cabanel.

web 
Museo Nacional de Bellas Artes, Buenos Aires, Argentina



Comentario sobre
Floréal


​Raphaël Collin expuso la primera versión de Floréal en el Salón de París de 1886. En ese contexto el argentino Aristóbulo del Valle tuvo ocasión de ver esta pintura que –según sus palabras– se convirtió en “una verdadera obsesión para mi espíritu” (1). Al año siguiente, por intermedio de Eduardo Schiaffino, Del Valle entró en tratativas para poseer una obra del artista y ofreció a Collin 7.000 francos por una réplica de la obra entonces perteneciente al Museo del Luxemburgo (2) (actualmente en el Musée des Beaux-Arts de Arras).

Al enterarse por Miguel Cané de que un discípulo de Collin estaba prácticamente finalizando la reproducción, Del Valle indignado procuró emprender acciones legales contra el pintor. Sin embargo, la mediación de William Bouguereau, entonces presidente del jurado del Salón y de la Association des Artistes Peintres et Sculpteurs, frenó su intención al ratificar la validez de la intervención de terceros en la práctica en cuestión. Conforme, el coleccionista aceptó la pintura en Buenos Aires en 1889.
Floréal es un cuadro moderno que conjuga elementos de varias tendencias entonces en boga. No recurre a asuntos mitológicos o históricos para justificar la exhibición del cuerpo desnudo; la pincelada utilizada para la resolución del paisaje es deudora de la factura de los impresionistas. A su vez, la languidez de la muchacha se relaciona con la estética simbolista de Pierre Puvis de Chavannes, el modelo de Collin para expandir la enseñanza académica que recibió de Bouguereau y Alexandre Cabanel en sus años formativos. De este modo, Floréal es ejemplar de los intercambios que muchos artistas practicaron a fines del siglo XIX para hacer perdurar la tradición académica, y en particular el desnudo de salón, género que muchos consideraban agotado y en crisis (3).
María Isabel Baldasarre

Notas al pie

1— Carta de Aristóbulo del Valle a Eduardo Schiaffino, fechada “Buenos Ayres, Dic. 19. 87”, Archivo Schiaffino, AGN, Legajo 9-3333.
2— Cf. la entrada de catálogo en: Léonce Bénédite, Les chefs-d’oeuvre du Musée du Luxembourg. Paris, Lapina Éditeur, [ca. 1920], [s.p.].
3— Cf. Shalon Parker, “The crisis of Salon Nude and a Search for its Resolution: Raphaël Collin’s Au bord de la mer”, French Cultural Studies, vol. 18, nº 1, 2007, p. 5-29.

Bibliografía

1896. SCHIAFFINO, Eduardo, “Del Valle coleccionista. Fragmento de un estudio en preparación”, Argentina, Buenos Aires, a. 1, nº 12, 29 de febrero, p. 117-118.
1933. SCHIAFFINO, Eduardo, La pintura y la escultura en la Argentina. Buenos Aires, edición del autor, p. 334.
1993. OLIVEIRA CÉZAR, Lucrecia de, Aristóbulo del Valle. Buenos Aires, Gaglianone, reprod. p. 53.
2001. Malosetti Costa , Laura, Los primeros modernos. Arte y sociedad en Buenos Aires a fines del siglo XIX. Buenos Aires, FCE, p. 236, fig. 58.
2006. BALDASARRE, María Isabel, Los dueños del arte. Coleccionismo y consumo cultural en Buenos Aires. Buenos Aires, Edhasa, p. 169-170, reprod. color nº 67.

lunes, 18 de diciembre de 2017

Neuquén Contemporáneo 2017 - Sólo quedan huellas

El evento se inauguró en la ciudad de Neuquén, Argentina, el 15 de diciembre.


Esta tercera edición tuvo como tema rector el término “HUELLAS”. La intención era que las propuestas (obras) "den cuenta de la diversidad de perspectivas productivas, sociales y artísticas de la región". La consigna de esta edición me parece que no fue del todo asimilada. En las anteriores (Confluencia y Energía) los artistas expresaron mejor el tema convocante.

Por Rubén Reveco - Licenciado en Artes Plásticas


Habla o calla para siempre
Tenía mis dudas, es duro el oficio del crítico.¿Valía seguir ganándome enemigos? Después de pensarlo unos minutos decidí que sí; no puedo evitar mi proceso de autodestrucción. 
En las dos anteriores ediciones he escrito en extenso sobre el llamado "Arte Contemporáneo", la tarea que desarrollan los funcionarios en su difusión y el papel del todopoderoso curador, esa figura creada por decreto en las oficinas del stablishment. 
En esta oportunidad, de un modo mucho más breve pero igual de contundente, me voy a referir a los artistas.


¿Qué cualidades tiene un artista?
Ustedes que son de la vieja escuela dirán que es una persona con condiciones para realizar obras de un modo inigualable.
Es cierto, pero un artista por sobre toda condición es una persona con dignidad. Superada la etapa de aprendizaje (cuando se somete al dictado del profesor) nada ni nadie le dirá cómo ni qué debe hacer. Podrá fracasar o tener éxito, vender o morirse de hambre pero nunca se someterá a imposiciones de algo o alguien. Es un trabajador solitario y que asume todo los riesgos de su oficio o profesión. Ese es el artista.

La grieta
Hace cien años se inventó el arte abstracto y nada volvió a ser como antes. La rivalidad entre figurativos y abstractos duró por muchos tiempo hasta que apareció alguien que nadie había invitado a la fiesta: el no-artista. Era un enemigo en común. No pintaba, no esculpía, no dibujaba, no grababa. Nada sabía de composición, armonía, equilibrio, color, volumen, etc. No estaba preocupado de comprar óleo de buena calidad, ni tampoco por hacer sus propias telas y bastidores. No hacía arte pero quería ser artista.
Todo empezó -más o menos- hace 40 años cuando desenterraron a Marcel Duchamp y las cosas cambiaron de un modo muy peligroso. De ahí en más aparecieron "artistas" por todos lados. Y ya se sabe, cuando hay mucha oferta el valor del producto baja. Y desde hace 40 años venimos en baja.

El nuevo artista
Los artistas de hoy en nada se parecen a los de antaño. Ellos ya no usan el pelo largo ni se dejan barba y ellas no visten esos raros vestidos hippies. Los de ahora parecen más bien funcionarios públicos: Todos vestidos de negro o de blanco. 
Pero por sobre todo son cura-dependientes. Le rinden pleitesía al curador, al que ven como un ser superior; muy superior a ellos. 

-¿Le parece que lo haga así?- pregunta, con tono lastimero, el supuesto artista. 
-Yo le sugiero que realice estos cambios- contesta, desde lo alto, el supuesto experto.

Si algo ha logrado el arte contemporáneo es enquistar a un montón de parásitos que han hecho que el artista pierda prestigio y pase a ser una marioneta del burócrata de turno. No tengo nada personal con Fernando Farina (curador del "Neuquén Contemporáneo Huellas"). Ha sabido, como varios otros,  acomodarse en el ambiente cultural snob, donde nada se hace si no se le pregunta a ellos primero.

¿Se imaginan ustedes...? 
Que triste es escucharlos compartir felices todo lo que aprendieron con el intercambio de ideas entre el curador (en este caso Farina) y el artista (en este caso 119 participantes de Neuquén y Río Negro). "Ha sido un ida y vuelta muy enriquecedor" se escucha por los salones del MNBA.
¿Se imaginan ustedes a Pablo Picasso sometido a los caprichos de un piñufla, de un aparecido...? Siento vergüenza ajena por un montón de gente buena, amigos, artistas plásticos talentosos (algunos) que han tenido que humillarse con tal de participar -como dicen por ahí- del "evento cultural más importante de la Patagonia".
Eso no es un artista. Un artista es alguien muy orgulloso, casi pedante. Que muchas veces se siente superior porque se ve haciendo algo que muy pocos realizan y que nadie está en condiciones de decirle cómo debe hacer.
Pero el asunto se ha degradado a tal extremo que en un futuro cercano, el artista (tal y como lo conocíamos) habrá dejado de existir para convertirse en un eslabón más de la burocracia estatal. Se habrá hecho realidad la predica de muchos: "no hay belleza, no hay talento, no hay arte, no hay artistas". Sólo quedan huellas.


Ella.

Lo mejor

Obvio que hay propuestas interesantes y originales. No todo es malo en el arte contemporáneo. En esta ocasión, al menos, no hubo conflictos entre el curador y los artistas, como ocurrió hace dos años con Rodrigo Alonso, un hombre que parecía tener muchas más ínfulas que Farina, pero menos capacidad.


Museo Nacional de Bellas Artes

"Alamo" de Elisabeth Verdugo. Es de Cipolletti y estaba feliz. Es muy simpática y trajo manzanas y cerezas. (MNBA) Buena y laboriosa idea.

Siempre he sospechado que los artistas elegidos para exponer en el Museo Nacional de Bellas Artes son privilegiados. Es el lugar más fashion, donde todos quieren estar y no todos pueden llegar. Había algunos objetos en el piso, con el correspondiente cartelito identificatorio en la pared, a varios metros de distancia y costaba saber de quién era...

"Excluidas" de Silvana Solari, también de Cipolletti. Un testimonio dramático de mujeres asesinadas y desaparecidas (MNBA)

"Territorios insurgentes", de Marimé Martínez y Germán Curihuinca. El mejor ejemplo de fracking. (MNBA)

"Soledades", de Dario Mastrosimone. 
No sé qué hace una pintura tradicional. Un paisaje a la espátula muy bonito. Siempre me sorprenden con algo los contemporáneos. (MNBA)


"Vaca tuerta", de Ignacio Iturrioz y José Raffo.
Un gran esfuerzo de arte chatarra. (MNBA)

"Metáfora de la vida", de Susana Comezaña. Muy delicada instalación. Quizá  influenciada por Ai Weiwei, el instalador de moda. (MNBA)


Museo Gregorio Alvarez

"En la pared", de Roberto Queijo. Muy logradas sus fotografías intervenidas. Me recordó el Cuarto Amarillo de Vincent van Gogh (MGA)

En el Museo Gregorio Álvarez está expuesto lo más conceptual. Donde tenemos la obligación de pararnos a pensar ante la obra. Algo que es peligroso ya que cualquiera puede pensar cualquier cosa.

"Evocación y materia" video de Julieta Anauy. En esta oportunidad tuvo un espacio propio. Buena producción sólo que no encontré las huellas. (MGA)

"Un árbol es tiempo devenido visible", video de Cecilia Inés Gaviola. (MGA)

Pinturas de Ana Lucero Gaia. Tienen un aire de ilustraciones del Cretácico. (MBA) 

Sala de arte Emilio Saraco

Obra de Carlos Juárez. Lo que hace es prolijito, pero creo que debería sorprendernos con algo diferente. Hay artistas que se repiten tanto que mecanizan su producción. (Sala Saraco)

La Sala Emilio Saraco sigue siendo mi espacio preferido. En 1902 se inauguró como depósito para correspondencia y encomiendas. Ese galpón si que está lleno de huellas. Se dice que hay un fantasma que merodea esperando la carta de amor que nunca llegó. Que por la noche se sienten llantos... Mmmm

"La herramienta del aprendíz" de Willy Morelli. 
Simple, sintético, sugerente. Bien por Willy. (Sala Saraco)

"Todos pasamos por el toldo", de Diana De Errati. (Sala Saraco)
A muchas obras les faltó un texto curatorial. El curador, mejor que nadie, sabe que deben explicar de qué trata la propuesta.

Paraje Confluencia

"Fraking papper #9" de Stella Provecho y Florencia Pomponio. Empapelado con ilustración y montaje fotográfico.
 En este caso nunca supe si el sillón es parte de la obra. (Paraje Confluencia)

Los artistas que expusieron en el Paraje Confluencia no sé si los castigaron o los premiaron. Con esta idea tan audaz de hacer interactuar el pasado con el presente está todo mezclado y no es fácil diferenciar entre la maqueta de la Casa Gris, un retrato de un prócer, la Torre Talero o una obra creada para el magno evento. Como en la vida, no es fácil saber quién es quién. 


"Las bárbaras: adolescentes, mujeres y mapuche", de Andea Laura Arcuri. 
Otra buena pintura. Llega el arte al Neuquén Contemporáneo. (Paraje Confluencia)

"Recuerdos" de Mauro González.
Siempre ha sido un buen dibujante. (Paraje Confluencia)


Conclusión:
Recientes estudios de preferencia artística realizados en Estados Unidos, determinaron que el 97% de los entrevistados se dedicaban exclusivamente a realizar una actividad relacionada con las artes plásticas tradicionales, es decir: dibujo, pintura, grabado o escultura.
En el Neuquén Contemporáneo nunca había visto tanta pintura y dibujo como en esta oportunidad, lo que podría significar que el arte sigue siendo el de siempre. Se ve la luz al final del túnel.


Fotos de la inauguración
(Cedidas gentilmente por el MNBA)

Participaron 80 mujeres y 39 varones. ¡Bien por la chicas!














Ver también:


Parte 12 y 3


(Entre abril y mayo de este año propuse varias ideas para contribuir al magno evento. No tuve suerte)