El artista cordobés Gustavo Toniutti explica en esta nota las diferencias entre el arte digital y el analógico. Además, señala la obra de su autoría preferida y menciona el cuadro que más le impactó. Y detalla por qué decidió dibujar a la musa perfecta.
Por Camila Reveco - diario Los Andes de Mendoza, Argentina
El artista digital Gustavo Fabián Toniutti (1966) vive en la ciudad de Córdoba. Después de más de tres décadas dedicadas al oficio de dibujar, hace sólo 8 años dio un giro importante al conocer las ventajas y maravillas que ofrece el mundo digital.
Alternativas todas nuevas que permiten -a través de la tecnología- alterar tamaños, colores, perspectivas e imprimir todas las obras que se quiera y en distintas superficies o tamaños.
A Toniutti se le ocurrió inventar a una mujer que llamó Erika, “la que reina por siempre”. Erika es su Musa inquietante, el estímulo que lo lleva a la creación y la protagonista de toda su obra.
Ella representa el prototipo máximo de belleza: curvas prominentes, “ojos y boca grande, labios carnosos”, como él mismo la describe.
Es una creación digital, -no existe-, o no existe al menos en ésta realidad, pero vive en la mente, en la vida interior, en los sueños más inconscientes y en el deseo infinito que tiene dentro suyo nuestra artista.
Lo cierto es que el arte digital y las nuevas tecnologías aplicadas a la estética han abierto una innumerable cantidad de debates nuevos -por ejemplo, la “pieza” única e irrepetible quedaría obsoleta- y se discute porque lo que está aconteciendo en el terreno de lo visual es una verdadera revolución de alto impacto.
Lejos de establecer una rivalidad entre lo digital y lo “tradicional”, es necesario destacar y distinguir la capacidad de oficio, la técnica y el talento de los que optaron por una computadora.
Como ejemplo está la obra de Toniutti que nos demuestra que el abanico de opciones que le brinda su programa de turno, sea Poser o Zbrush, resulta tan amplio e inagotable como la paleta de cualquier pintor.
-En su blog relaciona su trabajo a la pintura metafísica, ¿de qué se trata?
Es el nombre de un movimiento artístico italiano que nace el 1916 y lo crea Giorgio de Chirico y Carlo Carrà tras un encuentro casual. Las obras de la pintura metafísica son básicamente representaciones de sueños -atmósferas oníricas-. Hay también yuxtaposiciones –aparentemente casuales- de toda clase de objetos.
Representaron un mundo visionario que se entrelazaba con el inconsciente y todo aquello que está más allá de la realidad física. Por eso el nombre. Significó mucho para el posterior desarrollo del Dadaísmo y el Surrealismo.
Lo interesante es que la pintura metafísica surgió del deseo de explorar la vida interior imaginada a partir de objetos cotidianos, muchas veces descontextualizados. Carrà y de Chirico yuxtaponían varios temas, incluyendo edificios, estatuas clásicas, trenes o maniquíes, por ejemplo.
Hay además una especial atención a la idea de simplicidad. Así se intenta lograr un estado del ser más alto -y también más oculto- que se une a la cosmovisión que tuvieron las grandes figuras de esta primera gran etapa de la pintura italiana. En este estilo cualquier realidad ilógica parece creíble.
-Toda esa lógica, ¿cómo logra plasmarla en sus fotomontajes digitales?
-Lo que hago es una de-construcción de mi ciudad: incluyo sus edificios, lo escultórico, las fuentes de las plazas, etcétera, para ir creando un espacio, otro espacio.
Ahí es donde encuentro la relación directa con la pintura metafísica en el sentido que voy uniendo objetos y creando una nueva realidad. El resultado plasma la visión interior de yo tengo de mi propio lugar.
-Erika es una creación digital: ¿Cómo surge? ¿Qué significa?
-Primero hice una recreación “metafísica” de mi ciudad. Después comencé a incluir algunos objetos creados con programas de 3D y por último –casi de casualidad- descubrí un programa muy específico diseñado para realizar figuras humanas (Poser).
Fue en esa misma época que vi el animé de Mamoru Oshii: “El fantasma en la maquina” (1955) -una película ficticia en el Japón del futuro en donde la tecnología ha logrado que los seres humanos se conviertan en seres cibernéticos o robóticos gracias a que se ha incorporado a las personas chips, cables y todo tipo de instrumentos para volverlos seres híbridos o “Cyborgs” mitad humanos mitad máquinas.
Uno de sus protagonistas habla de la perfección de las muñecas artificiales que son androides diseñados exclusivamente para el placer sexual. Así surge la idea de crear un personaje "perfecto": Erika, que fue adquiriendo más complejidad desde lo simbólico con el tiempo.
Ella es bella, joven, está siempre dentro de ambientes degradados por el paso del tiempo. Es una manifestación de vida, de erotismo, de fertilidad, de sensualidad y deseo. Desde lo formal el rostro tiene rasgos que coinciden con mis gustos personales: ojos y boca grande, labios carnosos.
Probé con agregarle "tatuajes" en la piel: insectos, flores, plantas, hasta que finalmente quedó una hoja seca. Su personalidad es contemplativa, tiene un carácter sutil, sereno.
-Arte digital: ¿arte o técnica? ¿Qué opinión le merece?
-Así como muchos trabajos digitales no dicen absolutamente nada, también hay pinturas y dibujos que no producen la mínima reacción en nadie. No es la técnica: pasa por la persona que la manipula y la da determinada forma significativa. Las discusiones interminables en torno a si es arte o no, suelen ser producto muchas veces del desconocimiento, cuando no de una postura reaccionaria.
En su momento hubo mucho prejuicio con la fotografía o el cine, que quizás tengan en común con lo digital, su relación con la publicidad y lo comercial. Los programas de 3D tuvieron -y tienen- un gran empuje gracias a la industria del cine estadounidense. Claro que allí se genera la sensación de que lo digital está al servicio de lo banal, del entretenimiento. Un uso distinto de quienes optamos por este medio para realmente expresarnos desde lo más sensible.
-¿Cuáles programas son sus favoritos?
-Uso Poser y Zbrush para el modelado de las figuras humanas. Para la creación de entornos y objetos utilizo Zbrush y para las texturas, iluminaciones, atmósferas y render utilizo Vue, un programa diseñado principalmente para crear paisajes y atmósferas.
Los ajustes los hago con Photoshop: contraste, color, correcciones mínimas en la cabelleras o la piel. En mis trabajos las figuras son de tamaño natural -Erika mide 1,75-. Algunos lienzos son de más de 5 metros de alto.
-¿En qué imprime sus obras y cómo las inserta en el mercado?
-Imprimo en lona plástica con tintas al solvente -es lo que se usa en las cartelerías-. Hay otras impresiones sobre tela pero me mantengo dentro de la lona plástica. El Black-out tiene mayor duración, pero en principio lo que pida el cliente.
El giclee es lo mejor en calidad que existe, puede durar 80 años antes del desvanecimiento del color pero no se usa generalmente porque es carísimo. Mis trabajos lo piden desde particulares hasta empresas. Lo digital generalmente se vende por afuera del circuito de galerías -en Córdoba al menos-. “Erika” todavía no está en el mercado, eso será para mediados de año.
-¿Cómo logra la armonía cromática? ¿Instinto o usa algún procedimiento?
-El color en mi trabajo pictórico está subordinado al dibujo. Generalmente trabajo formando grises cromáticos por anulación de complementarios utilizándolos como base para los demás colores.
Pero siempre la imagen ocupa el primer lugar. En mi obra el instinto ocupa un lugar muy pequeño. Soy de planificar y elaborar croquis y bocetos. En mi cuenta de Facebook se pueden ver cada uno de los pasos de realización de mis pinturas: desde los croquis hasta el final.
-¿Qué artistas digitales son sus máximos referentes?
-Admiro la obra de Oswaldo Mejia y de Max Sauco, por ejemplo. Veo trabajos de muchos artistas e ilustradores digitales, pero mis referencias a la hora de crear sigue siendo el arte clásico o moderno. No puedo decir que tenga un grupo de artistas digitales preferidos.
Tengo sobre todo, un grupo de artistas visuales que siempre estudio: Max Ernst, René Magrite, Pieter Brueghel “el Viejo”, el Bosco, Dave Mckeen -que hace comic e ilustración digital-. Por supuesto Leonardo Da Vinci, Dominique Ingres, Dore, Jacek Yerka -pintor contemporáneo polaco, Jon Bauer o Hans Rudolf Giger. La lista es variada y larga.
-¿Qué tiene la pintura analógica que no tenga la digital? ¿Dónde están las diferencias y los puntos de encuentro entre ambas?
-La pintura analógica tiene la gran ventaja de lo matérico, las texturas, las transparencias. Ni las fotos de esas obras pueden reproducirlo. Lo digital tiene una enorme capacidad de corrección y mayor velocidad en la realización. Se puede cubrir con texturas o colores una superficie mucho mas rápido.
Pero más allá de las diferencias, el punto de encuentro esta en la composición, el color, su significado conceptual. Una imagen es significativa por lo que dice y no por las herramientas empleadas en su factura. Es el gran punto en común que tienen todas las manifestaciones ya sean plásticas o visuales.
-¿Pero es más fácil dibujar de manera analógica o digital?
-He hecho dibujos casi hiperrealistas en lápiz y puedo decir desde mi experiencia que el dibujo digital es más difícil. Dibujar con la tableta implica mover la mano y el resultado se ve en la pantalla. No es como el lápiz o el pincel donde la punta trabaja directamente con la materia.
Existe el lápiz electrónico que tiene una multiplicidad de funciones, lo que lo transforma en una herramienta muy compleja de utilizar. Pero de mis 32 años de trabajo en la plástica los últimos ocho han estado volcados a lo digital.
-Si tuviera que pensar en una pintura que siempre te haya causado profunda admiración, ¿cuál sería?
-Elijo “Vox Angelica” del alemán Max Ernst. La obra la hizo a los 53 años estando en Arizona, Estados Unidos. Me parece espectacular tanto desde lo compositivo, el color, el dibujo, como desde su conceptualización. Acá Ernst, reúne sus elementos pictóricos más característicos. “Vox Angelica” está formada por cuatro lienzos de 76 x 101,5 m. cada uno.
Hay en total 52 pequeños cuadros que están perfectamente integrados en la composición final. El artista quiso hacer en este trabajo un resumen de su pintura al emplear todas las técnicas que le dieron fama: collage, frottage, dripping, calcomanía. También reunió sus temas más recurrentes y los mezcló con instrumentos geométricos, sacacorchos, bosques, serpientes enroscadas en árboles, etcétera.
Por eso hay cierto tradicionalismo y una alusión directa al Renacimiento: en la unión de varios temas y técnicas diferentes en donde se representan objetos distintos entre sí ,que difícilmente se puedan relacionar de manera lógica. Ernst logró unir magistralmente la técnica con la representación. En “Vox Angelica” hay un contraste general de amarillo-azul. Se da también una estructura simétrica construida a partir de polaridades de luz y sombra.
Se observa, entre tantas otras cosas, la Torre Eiffel y el Empire State, que simbolizan la "oscilación" del pintor entre París y Nueva York.
-¿Nos puede describir la obra que ha elegido para que ilustre su nota?
-Generalmente no le pongo nombre a mis obras pero llamemos a esta “Doble Instancia”. Representa una doble visión de Erika. La composición es simétrica, mantiene el equilibrio por medio de una tensión de formas. En la zona izquierda, el rostro forma un punto de tensión que equilibra las visuales y que contrarresta la escultura fuertemente centralizada y de colores mas saturados.
Se generan recorridos visuales que van del centro a las figuras y complementan esa dirección los relieves simétricos de la pared. Ese recorrido es centrífugo en relación al interior del rosetón que funciona en forma centrípeta, se logra así mayor tensión visual.
El artista
Sus gustos
Un libro: “El miedo a la libertad” de Fromm Una película: “Mirrormask” o como se conoció en castellano “La máscara de los deseos”. Un compositor: Giuseppe Verdi. Un grupo de música: Queen. Un hobby: Escribir cuentos cortos. Sus pasiones: Las casas antiguas, los bosques de montaña, el silencio y la música, las mujeres, el cine, los libros, los lugares abandonados, las buenas conversaciones, los árboles, el comic y la ilustración. Facebook: Gustavo Fabián Toniutti. Mail: gustavotoniutti@gmail.com Página web/ blog: www.gustavotoniutti.blogspot.com
Carlos Andrés
Isola es de Neuquén, Argentina, si bien nació en Capital Federal, en 1951, creció
en la ciudad de Zapala, ubicada en el centro de la provincia de Neuquén,
norte de la Patagonia. Comenzó su carrera trabajando en el
departamento de arte de publicidad en la localidad, continuó en Brasil,
Capital Federal y en Tucumán. Trabajó posteriormente en la ilustración
editorial en medios regionales y actualmente para Caras y Caretas y la
revista de cultura “Nómada” de la Universidad de San Martín.
“Me gusta mucho
la obra de “Caravaggio” porque dejó de lado el manierismo para
acercarse más a la “fea belleza” de lo auténtico, por decirlo de alguna
manera. El mío podría clasificarse, si es que hiciere falta, como
"claroscuro". Si bien mis obras tienen una base oscura, busco la
claridad en los pequeños detalles en donde se posa la luz unos
instantes” , señaló el artista, que también se destacó como ilustrador
de los diarios Ámbito Financiero, La Mañana del Sur y Río Negro.
En una
entrevista exclusiva para este blog, desentraña los misterios
de la creación artística, siempre ligada al pueblo que lo vio crecer y
que hoy defiende a través de su obra.
Huarpes cocinando piñones.
-Primero conocí su trabajo de ilustrador. ¿En qué momento "aparece" el pintor y por qué?
Creo que "el
pintor" está siempre atrás de quien por fin se manifiesta como pintor.
En mi caso, que comencé como ilustrador publicitario, como todos, no
tuvimos otra camino más que aprender de los grandes maestros de la
pintura (realista por cierto). La composición, el equilibrio de colores,
la simbología, el sentido de la belleza, etc., están presentes aún en
un aviso de yogur, de automóviles o de lencería y ese mismo lenguaje es
el que se enseña en las escuelas de cine. De todos modos, el pintor
propiamente dicho, se manifestó en mí de modo sistemático hace unos
nueve años en un momento de necesidad en el que comencé a pintar un
paisaje neuquino sobre una bandeja artesanal que desató esa especie de
compulsión hacia la pintura. Hoy, por razones de trabajo en el área de
Comunicación de la Municipalidad de Zapala tengo poco tiempo, sin
embargo es permanente aquella necesidad.
Huarpes jugando.
-El tema "huarpe y mapuche" es muy importante en su obra. Qué le interesa de esas culturas, particularmente.
En realidad, en
casa, gracias a mis padres, siempre estuvo presente, en cuanto a la
territorialidad se refiere, que por lo único que vale la pena pelear con
sus «más y sus menos», es por la integración, por la convivencia y la
justicia. Hoy, aquella premisa de que «yo llegué primero» está en crisis
y no resiste el menor análisis porque si así no fuere, deberíamos
devolverle las tierras que 3000 años ac. los acadios le arrebataron a
los sumerios en la Mesopotamia. Sin ir tan lejos, actualmente hay una
irracional disputa territorial entre palestinos e israelíes que se cobra
vidas inocentes a diario y que todo indica que se resolverá únicamente
con la convivencia.
La avanzada de
Roca sobre los pueblos originarios nos deja en el medio de una tormenta a
quienes de un color u otro estamos luchando por la integración y sobre
todo contra quienes, también de un lado u otro, buscan réditos
económicos o políticos.
Yo no soy un
especialista ni mucho menos y con «Huarpes» no pretendí nada más que
ofrecer una mirada sobre un Neuquén precolombino desde donde se tienen
pocas noticias de la existencia de los araucanos o huiliches y menos aún
de los mapuches (de hecho, aprendí en la escuela zapalina que,
«mapuche» era un idioma más que un pueblo). Los huarpes, un
desprendimiento del imperio inca, parecen haber llegado a este
territorio hace muchísimo tiempo según lo atestiguan hallazgos de más de
2000 años como «pehuenches» y que fueron, en medio de cruentas luchas,
«integrados» a los huiliches en la historia reciente. El mensaje,
demasiado ambicioso admito, de «Huarpes», pretendió ser: «¡Ojo! todos
tenemos responsabilidad en bregar por la comprensión, el respeto mutuo y
la integración para garantizar una convivencia solidaria y en paz».
-Tiene una paleta oscura (¿barroca?). A qué obedece esta preferencia?
A decir verdad
no hubo influencia alguna, al menos consciente. La incidencia de la luz
siempre tuvo sobre mi una atracción irresistible que tuve que resignar
en mis épocas de ilustrador publicitario. Está instalado en ese ámbito
el concepto falaz de que todo es lindo y bueno bajo la luz omnipresente,
¡como si el amor no tuviere su mejor espacio en la calidez de la
penumbra, por ejemplo!
Comencé a
admirar a ese maestro del «tenebrismo» que fue Michelángelo Merisi: el
Caravaggio, quien enfrentó al manierismo viendo que la luz se agiganta y
revaloriza en la tiniebla y que las sombras dibujan los cuerpos en
lugar de ocultarlos. Cada una de sus obras es una cátedra.
-¿Cómo es hacer arte desde Zapala? ¿Le ayuda Internet a estar conectado con el resto del mundo?
Tengo la
impresión que hoy, merced a las comunicaciones, sobre todo a internet,
las dificultades para hacer arte no son significativas. Se pueden
visitar los museos virtuales y disfrutar de obras inspiradoras casi con
la sensación de presencia. La posibilidad de contar con el MNBA sede
Neuquén es también invalorable. Además uno dispone casi sin
restricciones de cursos y técnicas en la pantalla de su computadora.
Hay en Zapala
un movimiento «plástico» interesante con los «tradicionales» y jóvenes
que consiguen su lugar no obstante falte un ámbito que nos convoque
aunque hay desde esta gestión espacios para mostrar las obras. Por otro
lado, los obstáculos para la Circulación de la obra son los mismos aquí
que en una gran urbe. En definitiva, tenemos en Zapala una restricción
pero que es común a cualquier parte del mundo: desoír a la vocación y
nada más.
-¿Por qué arte realista? ¿Cómo explica la permanencia de este estilo y su permanente reinvención?
A fuerza de ser
sincero, a falta de otras cosas, el poder de observación, cierto
dominio motriz, el sentido de la proporción que alguno trae cuando lo
paren, facilita reflejar la realidad en un papel. Recibe estímulo a
partir de eso y no concibe el arte plástico de otro modo. Eso es bueno y
también es malo. Se empeña en perfeccionar ese realismo, apuesta todo a
ello y a veces descuida la creación, más allá de que cada uno deja su
impronta en cada obra figurativa y la hace única.
Personalmente,
pienso que los diferentes movimientos modernos me sacudieron y me
golpearon. Cuestionaron lo que yo había estudiado y me había empecinado
en hacer y perfeccionar. Son provocativos. Seductores. ¡Y enhorabuena
que así sean! Obliga al realismo a redoblar la apuesta con nuevas
búsquedas. A inventar "dioses, dragones, sirenas, gárgolas, santos y
alienígenas" para este nuevo tiempo.
Entrevista del diario La Nación, de Argentina, al gran artista Guillermo Roux. Charla íntima con el gran artista plástico que, a los 85 y después de
unos años de quietud, hoy se muestra muy activo, libre, hilarante,
dibujando con colores a toda orquesta.
-Arte es una palabra que me
fastidia mucho últimamente. ¡Está tan usada! Parece que todo es arte. En
esa jungla de equívocos no sabemos a estas alturas qué es arte. Hay
muchas manifestaciones más o menos ingeniosas... sorprendentes. Pero,
como en todos los tiempos, hay quien tiene más o menos capacidad. La
gran mayoría, y voy a usar una palabra rara, son académicos de la
manera esa. La repiten. Porque la Academia no es solamente dibujar un
desnudo, una fruta, una flor, sino que es repetir una imagen o un gesto
sin sentido porque sabemos que ese gesto es lo que se hace. Se puede
pintar una naturaleza muerta y no ser académico. Depende de quién lo
haga. Esto tiene que ver con la sociedad, que engendra el fruto que le
corresponde. Simboliza su sentir. Creo que hay una falta de sentido de
trascendencia, que vacía las cosas de contenido. Vivimos en una sociedad
de consumo que prioriza el dinero. Por eso, más valdría exhibir dinero,
que sería la expresión justa de nuestro momento.
-De hecho, en el último ArteBA fueron sensación unas bolas de cristal con un millón de dólares picado adentro.
-Eso es lo que es. Por eso, a mí no me gusta la palabra arte. Prefiero llamar a lo mío trabajos.
Gigi Hadid posando para Steven Meisel para el Calendario Pirelli, objeto de culto para coleccionistas.
EL
NUEVO CALENDARIO PIRELLI. Gigi Hadid posando para Steven Meisel para el
calendario Pirelli, objeto de culto para coleccionistas. Las
fotografías han sido realizadas por el fotógrafo de moda Steven Meisel,
que ha llamado a su proyecto “The Cal 2015. El regreso. Chicas de
calendario”. (Steven Meisel / EFE) - See more at:
http://hd.clarin.com/post/103057411679/el-nuevo-calendario-pirelli-gigi-hadid-posando#sthash.wzfYOhqO.dpufEl nuevo Calendario Pirelli. Gigi Hadid posando para Steven Meisel, objeto de culto para coleccionistas.
Las fotografías han sido realizadas por el fotógrafo de moda Steven Meisel, que ha llamado a su proyecto “The Cal 2015. El regreso. Chicas de calendario”.
El famoso calendario Pirelli, objeto de culto para
coleccionistas, ha apostado en su edición 2015 por las curvas de la
modelo de tallas grandes Candice Huffine y por el látex como el tejido
del erotismo.
Las fotografías, que fueron presentadas hace unos días, han sido realizadas por
el fotógrafo de moda Steven Meisel, que ha llamado a su proyecto "The Cal
2015. El regreso". Chicas de calendario, pues tras calendarios
ambientados en varios lugares paradisiacos o con un mensaje se ha pasado
al puro calendario erótico de pared.
Las fotos de este calendario, que
imprime 17 mil copias, fueron todas ellas realizadas durante cinco días
en el interior de un estudio de Nueva York.
Las imágenes ponen en primer plano
el cuerpo desnudo de la mujer acompañado de todos sus estereotipos
eróticos como las pin-ups vestidas de soldado, los paseos en bicicleta o
ubicadas en un ring de boxeo y vestidas con prendas de látex.
Como siempre, el calendario Pirelli
ha conseguido que posen las top model, las modelos más cotizadas del
momento con tangas, bodys y otras prendas interiores en látex negro,
rojo y blanco, y con el común denominador de largos guantes.
La belleza al desnudo para todo el año
Las modelos son Gigi Hadid, Candice Huffine, Carolyn Murphy, Cameron
Russel, Isabeli Fontana, Adriana Lima, Raquel Zimmermann, Karen Elson,
Joan Smalls, Natalia Vodianova, Sasha Luss y Anna Ewers.
Es la primera vez que el calendario Pirelli incluye en sus más de
cincuenta años de historia a una modelo de tallas grandes, la
estadounidense Candice Huffine, vestida con un corpiño de látex negro que
deja ver todas sus curvas.
El fotógrafo explicó que "son estos los modelos estéticos de
referencia del mundo actual y representan los estereotipos que la moda o
el sistema nos imponen en este momento".
"No quería realizar un calendario conceptual, ni relacionarlo con un
sitio específico, sino 12 carteles en los que la mujer, su sensualidad,
es la protagonista absoluta de 12 imágenes muy diferentes entre ellas",
declaró.
"Queriendo limitar el uso de vestidos y accesorios con la máxima
libertad creativa, he encontrado muy estimulante jugar con los colores,
el maquillaje, los materiales. Ha sido una experiencia muy
gratificante", explicó Meisel.
Una modelo de 90 kilos, la gran estrellla del calendario Pirelli
La estadounidense Candice Huffine es la principal atracción de la tradicional entrega fotográfica de la marca italiana, que vuelve a apostar al erotismo como eje de su provocadora propuesta. Mirá la galería de fotos en HD. El famoso calendario Pirelli, objeto de culto para coleccionistas, pateó el tablero en su edición 2015 con la aparición estelar de la estadounidense Candice Huffine, modelo de tallas grandes, que llama la atención con sus curvas generosas envasadas en un cuerpo de 90 kilos y medidas 100-83-110, que se aleja de los exigentes parámetros de las muñequitas de las pasarelas, pero que se acerca mucho más a las realidades de la mujer de la calle. Es la primera vez que el calendario Pirelli incluye en sus más de 50 años de historia a una modelo de tallas grandes. Huffine luce un corpiño de látex negro que deja ver todas sus curvas. Steven Meisel, el fotógrafo de modas que llevó adelante el proyecto, explicó que "son estos los modelos estéticos de referencia del mundo actual y representan los estereotipos que la moda o el sistema nos imponen en este momento". "No quería realizar un calendario conceptual, ni relacionarlo con un sitio específico, sino 12 carteles en los que la mujer, su sensualidad, es la protagonista absoluta de 12 imágenes muy diferentes entre ellas", declaró.
Se ha escrito
tanto sobre Leonardo y la Mona Lisa que me ha costado realizar esta entrega, promocionada con el pretencioso título de
“Historia de la pintura más famosa del mundo”. Mi intención es no crear
demasiadas expectativas, ya que esto no pasará de ser un esfuerzo en
solitario por conocer la historia de esta pintura y las razones que la
convierten en una obra de arte. Tampoco me
considero un especialista en la vida de Leonardo, apenas un admirador
más de su obra. Admiración que espero no me haga perder objetividad. Se
dice que el que admira nunca podrá realizar un análisis certero del
objeto que admira. Está obnubilado.
Por Rubén Reveco, licenciado en Artes Plásticas
Señora Lisa, ¿quién es realmente usted?
Aquí reproducimos
tres imágenes de la Gioconda. Obviamente que no podemos acceder al
original, pero no crean ustedes que la expuesta en el museo del Louvre
se ve mejor que estas. En 500 años ha perdido su color original. Si la
miramos en detalles muchos sectores están resquebrajados por exceso de
pintura y amarillenta por exceso de aceite. Lo que vemos ahora no es lo
que vieron los contemporáneos de Leonardo, pero la esencia sigue siendo
la misma: el retrato de una mujer sentada en un sillón con el brazo
izquierdo apoyado en el asiento. ¡Primera sorpresa, la Mona Lisa está
sentada! Cuando Leonardo
de Vinci empezó a pintarla en 1503, hacía once años de que Europa había
descubierto un Nuevo Mundo y de lo que sería la Argentina (desde donde
escribo estas líneas) sólo se conocía parte de la costa Atlántica.
Descubrimiento que había realizado el navegante italiano Américo
Vespucio. Italiano, florentino y coetáneo de Leonardo. Prácticamente
nacieron en el mismo año. En 500 años ha
salido muy poco del Louvre. En 1911 se la robaron y durante dos años
estuvo desaparecida. El ladrón la mantuvo oculta en Italia y aduciendo
razones nacionalistas, pretendió rescatarla para su país. En la década
del 60 viajó a Estados Unidos y en 1974, a Japón. Desde esos años, la
Mona Lisa no va al mundo, el mundo va a la Mona Lisa.
Fama
y popularidad
La Mona Lisa es
tan famosa como popular. La fama se gana con excelencia y dura para
siempre, en cambio la popularidad es una etapa... un momento. Esta obra
es famosa y popular por partes iguales, lo que de entrada es algo
singular.
En mis años de
estudiante tenía un profesor de historia del arte que me decía:
“Desconfía más de su mirada que de su sonrisa. Una sonrisa irónica no es
más que un instante, en cambio una mirada es para siempre”. La sonrisa
la hace popular y la mirada la hace famosa. Porque sabemos que nos mira a nosotros, pero no sabemos qué motiva su sonrisa. Escribir de la
Mona Lisa nos obliga a mencionar a su autor. De Leonardo sabemos
bastante. Dejó mucha información y se ha escrito mucho. En Internet
existen más de 9 millones de referencias que mencionan a Leonardo y 36
millones referidas a la Mona Lisa, sólo en español. ¡El objeto creado
supera a su creador!
Esto más que un
beneficio para quien investiga significa una dificultad adicional.
Cuando se lee mucho de un personaje de estas características es porque
se repiten muchas cosas y no todas son verdaderas. Muchas están en
franca contradicción y las que no, son exageraciones. No es fácil
separar el mito de la realidad. Destacar lo más importante y resumirlo
en pocas páginas.
El genio
Pero si hay algo
en común en todos los textos escritos referidos a Leonardo es que se lo
considera como el prototipo del genio. “Genio” es un adjetivo sustantivo
que antiguamente causaba admiración y que hoy está bastante devaluado.
El diccionario dice: “Fuerza intelectual extraordinaria, capaz de
inventar cosas nuevas y admirables”. Leonardo es todo esto e intimida.
Estamos ante un personaje de características excepcionales y debemos
analizar su obra más popular y famosa en los últimos 500 años.
Pero ¿qué es
necesario para que exista un genio? ¿Cuáles deben ser los componentes que
deba reunir una persona de estas características? Curiosidad,
concentración, creación y credulidad. Las cuatro “c” que definen sus
cualidades. El genio es curioso. Es como un niño. Nunca es apático y
todo lo atrae; todo lo maravilla. Vive concentrado. Esa íntima condición
de poner todos los esfuerzos físicos y mentales en un solo objetivo. Es
creador. Todos los genios tienen la capacidad de ofrecer algo nuevo o
perfeccionado. Cree. El genio es optimista. Ve el mundo con una visión
fresca y asombrosa.
A todo esto,
Leonardo agregó el trabajo ininterrumpido. “Ostinato rigore, destinato
rigore”. (Rigor obstinado, rigor con destino).
Las preguntas
para Leonardo constituían un fin en sí mismo. “¿Si hacemos un par de
alas, similares a las del pájaro, podremos volar?”
Las
ansias de
volar
Este hombre
curioso en muchos casos no obtuvo respuestas y en otras se equivocó. Si
pintaba un pájaro no se limitaba a resolver problemas plásticos de
proporciones y expresividad. Miraba sus alas y se fascinaba de su forma.
¿Por qué son tan livianas? ¿Por qué les permiten volar?
El hombre siempre
soñó con volar, desde Ícaro (en la prehistoria mitológica de los
griegos), en adelante, pero fue Leonardo el que se puso a experimentar.
Fracasó, pero otros - mucho más adelante - lo lograrían... Fue un
precursor. “Que precede o va delante. Que acomete empresas que no
tendrán razón ni hallarán acogida sino en tiempos venideros”
Cuando en 1482,
se presenta ante Ludovico Sforza, duque de Milán, lo hace como
ingeniero, inventor, urbanista y por último, como artista.
“Soy un
insuperable constructor de puentes y fortificaciones. También de
artefactos secretos que no quiero describir en esta carta. Mis pinturas y
esculturas pueden compararse con las de cualquier otro artista. Soy
soberbio diciendo acertijos y haciendo nudos”. ¿Haciendo nudos?
¿Científico
o artista?
Y acá tenemos
otra peculiar característica de este genio multifacético. ¿Era un
científico o un artista? De todas las disciplinas que menciona hay más
científicas e ingenierías que disciplinas artísticas.
En muchos casos
sus estudios no pasaron del proyecto. La evidencia de su curiosidad ha
llegado hasta nosotros intacta a través de sus escritos... Tal vez
Leonardo le dedicó más tiempo a la ciencia que a las artes, pero a
nosotros nos interesa más el artista que el científico.
¿Qué
la hace ser
famosa?
Leonardo pintó
muy poco, no más de 16 obras. Muy poco para 67 años de experiencia. Uno
de los artistas más prestigiosos del mundo y uno de los que menos pintó.
Y una de esas obras fue la Mona Lisa. Recién 350 años después de su
creación comenzaría a ser conocida popularmente. Y eso ha ido
incrementando en estos últimos 100 años de un modo alarmante.
“Fijando la mirada en la garganta podría jurarse que le latía el pulso”
Giorgo Vasari, autor de “Vidas de Artistas”, libro publicado por primera vez en 1550.
Como ya lo
dijimos, durante estos 500 años se han escrito muchas cosas sobre esta
pequeña pintura. Y poco a poco, se ha ido tejiendo una maraña de
historias en torno a ella y de su autor.
¿Por qué es tan
famosa? ¿Qué tan justificada es esa fama? ¿Es famosa porque se ha
escrito mucho sobre ella o es que se ha escrito tanto que eso la ha
hecho famosa?
Simplemente
podría decir que es tal porque es la obra de arte de un genio. Y con eso
bastaría. ¡Es el testimonio del hombre más extraordinario que ha dado
la raza humana! Y este estudio sobre la Mona Lisa podría terminar aquí.
Esta pintura es famosa porque es la obra de Leonardo de Vince. Y eso,
por sí solo, bastaría. Pero el asunto no es tan simple.
ANEXO 1
"Mona Lisa Unveiled"
En este preciso momento se está realizando, en Estados Unidos -desde el
26 de agosto hasta el 7 de octubre- la exposición "Mona Lisa Unveiled",
que reúne obras inspiradas en el retrato icónico del Renacimiento
creadas por artistas de varios países y que datan desde el siglo XVI
hasta la actualidad. Incluye una detallada información del robo de la
Mona Lisa, que ocurrió en el Museo del Louvre en 1911, hasta las
interpretaciones contemporáneas del famoso cuadro durante el siglo XX,
entre las cuales figuran las realizadas por pintores como Marcel
Duchamp, Jean Margat y Salvador Dalí.
La exhibición en Miami coincide con el centésimo aniversario del robo
perpetrado por el italiano Vicenzo Peruggia de la pintura, y que fue
recuperada después en Florencia, la ciudad en la que Da Vinci lo pintó
entre 1503 y 1506.
ANEXO 2
Mona Lisa
(Nat King Cole)
Mona Lisa la de la mística sonrisa nadie sabe lo que oculta al mirar, nadie sabe si sonríes de tristeza nadie sabe si eres sueño o realidad. Esa risa Mona Lisa habla de amores o tal vez, de un desolado corazón, muchos dicen que un hombre ya te ha amado y besado... y olvidado. Eres sueño y pasión mi Mona Lisa Sólo un frío y desolado corazón. Mona Lisa Mona Lisa.
"La belleza perece en la vida, pero es inmortal en el arte".
Construyendo
un
mito
Es común que una obra de arte genere admiración por sus valores estéticos.
Una pintura, un concierto, un poema o una novela nos despiertan
admiración, deleite, gozo, emoción. Ante una simple canción uno dice “me
gusta” y eso implica toda una acción de reciprocidad y un diálogo entre
el objeto artístico y el oyente. Es una experiencia que se vive de un
modo singular e íntimo. La Mona Lisa -en
cambio- nos intriga. Leonardo que era un hombre curioso, creó el objeto
artístico que más curiosidad ha despertado en la historia del arte.
No podemos dejar
de hablar del fenómeno social que ha significado en sus cinco siglos de
existencia. No es sólo una obra de arte para ser analizada por
especialistas en arte, sino, también, por sociólogos. Primero que nada,
llama la atención como se titula un artículo referido a la Mona Lisa.
Siempre recurriendo a adjetivos que van más allá de lo meramente
estético. “Secreto”, “enigma”, “misterio”, “revelación” son las palabras
más recurrentes y nada tienen que ver con belleza, equilibrio,
perspectiva, oficio, color, armonía y composición. Valores propios de
una obra de arte.
Francisco I, de Francia, comprando la Mona Lisa.
Sus primeros 300
años fueron tranquilos. La pintura es propiedad de Francia porque
Leonardo pasó sus últimos años de vida en ese país y porque nunca la
entregó a sus dueños. Dicen que Lisa Gherardini no quedó conforme con el
trabajo. Antes de morir, Leonardo se la vendió a Francisco I y desde
entonces integró la colección real conservándose en varios palacios
reales (Fontainebleu, Versalles y el Louvre). Napoleón
Bonaparte fue un admirador de Leonardo y apreciaba particularmente a
“Madame Lisa”, como la llamaba. Tanto, que a comienzos del siglo XIX la
hizo trasladar hasta sus aposentos. No nos imaginamos cuál podría haber
sido el “diálogo” entre el guerrero, con infulas de emperador, y la
mujer que lo miraba y sonreía.
“Prefiero
morir”
Hasta ese momento
las cosas estaban más o menos en el cauce normal de toda obra de arte.
Todos reconocían a la Mona Lisa como el testimonio de Leonardo y
asociaban su valor más que nada a la figura de su creador. Pero el 23 de
junio de 1852, ocurrió algo que marcó para siempre la historia de esta
pintura: Un joven parisino saltó al vacío y cayó sobre el empedrado
desde el cuarto piso de un hotel donde se alojaba. Dejó una carta donde
explicaba semejante decisión “Durante años he intentado desesperadamente
comprender el significado de su sonrisa, prefiero morir”. Por su parte, un
crítico e historiador del siglo XIX, escribía: “Al mirarla uno se siente
fascinado y aturdido por un extraño magnetismo. Su presencia me atrae,
me subleva, me consume: acudo a ella a mi pesar, como acude el pájaro a
la llamada de la serpiente”. Primero un
suicidio y años más tarde un robo (1911) terminó por catapultar a la
Mona Lisa al estrellato, donde quizá nunca quiso estar.
Estos hechos
marcaron la ruta de su popularidad. Desencadenando –de golpe– una
verdadera fobia e idolatría. Algunas la amaban mientras que otros la
odiaban. En el siglo XX
ocurrió un verdadero estallido iconográfico. Donde le faltó el
respeto por considerarla el ícono que representa el arte clásico. Marcel
Duchamp le agregó bigotes. Se pintaron
infinidad de variantes. Incontables trabajos de tipo publicitario,
imágenes creadas por computadora y dibujos animados.
La Mona Lisa
apareció en paraguas, floreros, remeras, platos, vasos, bolsos,
abanicos, frascos de mermelada, cuadernos y en cientos de otros
productos. En Internet se vende una almohada con su imagen que lanza risitas de alegría cuando se la aprieta en el pecho.
En
1973, un artista polaco creo esta Mona Lisa verde que derrama una
lágrima para protestar del sacrilegio cometida contra ella. La lectura
sería “Lloro por los que se ríen de mí”.
Primer
encuentro
Todos en algún
momento hemos tenido un primer encuentro con esta pintura. Yo recuerdo a
un viejo diccionario editado en 1961. En una época en la cual no había
televisión los niños nos conformábamos con mirar las figuritas.
Mentiría si
dijese que recuerdo algo en especial, sólo sé que ahí estaba y desde
entonces ha estado presente. Pero no es lo mismo verla en un libro o una
revista que estar ante el original.
Las demás manifestaciones artísticas tienen una gran ventaja sobre la pintura. En
el caso de la música las interpretaciones son bastante fieles, el cine
es una copia perfecta y la literatura, salvo malas traducciones, nos
acerca bastante al original.
Con la pintura no pasa lo mismo…se debe acudir a donde está el original.
Según estimaciones, son 8 millones de turistas al año que van al Louvre
de París para conocerla personalmente (20.000 personas diarias).
En agosto de 2009
una mujer rusa le arrojó una taza de té, pero la obra salió indemne de
la agresión gracias a su vitrina blindada a prueba de balas. La agresora
fue rápidamente detenida y puesta a disposición de la policía, que la
trasladó a la enfermería psiquiátrica al considerar que "no estaba en
plenas condiciones mentales".
Algo
más que una obra de arte
Claro que la
experiencia de estar frente a la Mona Lisa puede ser traumática. En el
Louvre se puede ver a los turistas subir en grupo por una de las
escaleras interiores y pasar ante obras maravillosas sin mirarlas para
seguir a la carrera como poseídos en dirección a la sala donde está.
Solo importa la Mona Lisa.
Al llegar, se
encuentran con una multitud que contempla –más bien venera– un cuadro
que se ve mal y escucha las voces de una guía que le dice algo sobre él,
algo que no ve ni entiende, pero que si cree.
Tal caos enferma a
más de uno. Una legión de empleados armadas de aspiradoras y cera para
el piso, hacen desaparecer los rastros de quienes se han indispuesto.
Los bomberos tienen mucho menos trabajo en apagar incendios que en
socorrer a los que se desmayan víctima de un insólito shock artístico.
Algunos comentan
que el vidrio que protege la obra impide ver con detalle el cuadro. La
misma cara de la Mona Lisa no incita grandes reacciones de asombro o
admiración. Verla en persona puede ser decepcionante para quienes
absorbieron la noción popular de que la Gioconda es sinónimo de arte.
Para el
espectador contemporáneo, entonces, el encanto de la obra no reside en
la superficie de madera pintada por Leonardo, sino en el misterio que
han creado la combinación de varios aspectos relativos al retrato.
La popularidad
del libro que ya hemos mencionado (El Código da Vinci) aumentó
abruptamente el número de visitas que acudían al Louvre.
Así, la Mona Lisa se ha transformado en un icono, el museo es una
iglesia y los turistas en masas que van a venerar algo que es mucho más
que una obra de arte.
Hace años fue
trasladada a una sala más amplia, con la finalidad de facilitar la
llegada del público de todo el mundo que a la carrera preguntaban en
todos los idiomas: ¿Dónde está, dónde está la Gioconda, dónde está la
Mona Lisa?
Una pequeña pintura con vida propia
Cuando un artista
termina una obra, esta adquiere vida propia y de algún modo se “libera”
de su autor y queda expuesta al análisis y a la crítica. El análisis
tiene que ver con la vida interna del cuadro, vida gestada por el
artista y determinada por las formas, los colores y los temas... y la
crítica define las razones de su importancia.
Serán así, los
historiadores, los críticos y también los pueblos los que decidan la
fama o popularidad de la obra de arte. Es por esto que la Mona Lisa nos
pertenece. Sobrevive y trasciende. Es lo que llamamos: “Patrimonio de la
Humanidad”
Empezaremos a
desmadejar la trascendencia de esta obra por sus medidas. En una pintura
de 77 x 53 cm. Por muchos años estuvo expuesta junto a “Las Bodas de
Cana”, del Veronés. Un enorme trabajo que parecía empequeñecer aún más
el retrato de Leonardo.
En la mayoría de
los casos, las obras maestras de arte son de grandes dimensiones.
Pareciera que de esta forma nos impresionan más. Y esto desde siempre ha
sido así.
Las 7 maravillas del mundo antiguo eran, además de hermosas, grandes obras. Lo que más nos atrae de las pirámides son sus colosales dimensiones.
Los ejemplos son
muchos: Dios castigó a los hombres por querer construir la Torre de
Babel, pretendían llegar al Cielo... un tema fascinante para el arte.
Miguel Ángel
(otro que pensaba a lo grande) y figuras -también- descollantes del
Renacimiento, tenía una sorprendente capacidad de trabajo y fue capaz de
realizar magníficas e impresionantes obras. “El David” mide cuatro
metros de altura. “Las Meninas”, de Diego Velázquez, “Guernica”, de
Pablo Piccaso, “La Última Cena”, de Salvador Dalí, son todas obras de
grandes dimensiones.
Ahora bien, que la Mona Lisa sea una pequeña pintura y a la vez la más famosa no es un contrasentido. Bien sabemos que las estrellas en el cielo se ven pequeñas. No nos engañemos.
Viaje
a las
estrellas
En 1976 se le
pidió al divulgador científico Carl Sagan que realizara una selección de
imágenes y sonidos de la Tierra. Incluyó, entre otras, a la Gioconda.
El disco con las grabaciones inició en la sonda espacial Voyager un
viaje por los confines del Universo y hoy está muy lejos de la Tierra, a
miles de millones de kilómetros.
Yo me pregunto ¿si los extraterrestres la interceptaran qué opinarían al ver a esta mujer que les sonríe?
“Quien de verdad sabe de qué habla, no encuentra razones para levantar la voz”.
Los artistas en el Renacimiento estaban muy ocupados
Podía ser un pedido de la Iglesia, de un rey o de un noble que encargaba
un tema religioso o un retrato para donar. La inserción entre el
artista y la sociedad era muy estrecha. Éste cumplía diversas funciones
(arquitectura, pintura y escultura) y si era de prestigio podía instalar
un taller de arte en el cual se formaban estudiantes. Esto no quiere decir que fuese una actividad sin riesgos. Como en toda
época los artistas han tenido muchos problemas de tipo económico. Los
grandes de esa época como Leonardo, Miguel Ángel y Rafael no hubiesen
podido realizar su obra sin el mecenazgo de la Iglesia o de la
aristocracia, quienes competían para tener a los mejores en sus
respectivas cortes. En el Renacimiento es cuando el artista pasa de simple anónimo artesano a
ser reconocido individualmente por su trabajo. Recupera el orgullo que
tenía el creador de la antigua Grecia y por primera vez comienza a
firmar sus trabajos. Reconoce que ha sido dotado de grandes y exclusivas
cualidades. A la vez, que es admirado y respetado. La firma -al igual
que el autorretrato- tiene su razón de ser en la autoestima que desde
esta época tiene de sí mismo.
El retrato fue un género muy popular en el Renacimiento y existieron grandes retratistas.
Tres testimonios
Ningún escrito de Leonardo nos habla de la Mona Lisa (tampoco existen
bocetos) y sin embargo la llevará consigo hasta su muerte… Se cree que
nunca la dio por terminada y por ese motivo no entregó el encargo.
También se especula que la retratada o su esposo no quedó conforme con
el trabajo (demasiado papada, muy gordita) o, simplemente, no hacía
honor al parecido de la retratada. Sin embargo, Leonardo sabía que era una obra de valor, pero seguro que nunca imaginó que lograría tal trascendencia. 1) El primer testimonio sobre este retrato lo escribió un
secretario de un cardenal que visitó a Leonardo cuando estaba en
Francia. El 10 de octubre de 1517, dice: “Leonardo le mostró tres
pinturas al cardenal. Una de cierta dama florentina, era de una
perfección absoluta… esto lo vi con mis propios ojos”. 2) El segundo testimonio es de Cassiano del Pozzo, que vio la
obra en Fontainebleau en 1625 (Leonardo ya había muerto): “Un retrato de
tamaño natural, en tabla, enmarcado en nogal tallado, es media figura y
retrato de una tal Gioconda. Ésta es la más completa obra que pueda
verse de este autor, porque no le falta otra cosa que hablar”. 3) El tercer testimonio es de Giorgio Vasari, y dice: “Por
encargo de Francesco del Giocondo, Leonardo emprendió el retrato de Mona
Lisa, su mujer, y lo dejó sin terminar después de haber trabajado en él
cuatro años. Esta obra está ahora en poder del rey Francisco de
Francia, en Fontainebleau. Aquella cabeza muestra hasta qué punto el
arte puede imitar la naturaleza, pues allí se encuentran representados
todos los detalles con gran sutileza. Los ojos poseen ese brillo húmedo
que se ve constantemente en los seres vivos, y en torno de ellos están
esos rosados lívidos y el vello que sólo pueden hacerse mediante la
máxima delicadeza. Las cejas no pueden ser más naturales. Por la manera
como salen los pelos de la piel, aquí tupidos y allí ralos, encorvándose
según los poros de la carne. La nariz parece viva, con sus finas y
delicadas cavidades rojizas. La boca entreabierta, con sus comisuras
rojas, y el encarnado de las mejillas no parecen pintados sino de carne
verdadera. Y quien contemplaba con atención la depresión del cuello,
veía latir las venas. En verdad, se puede decir que fue pintada de una
manera que hace temblar y desespera al artista más audaz. Mona Lisa era
muy hermosa, y mientras el artista estaba haciendo su retrato empleó el
recurso de hacerle escuchar músicas y cantos, y proporcionarle bufones
para que la regocijaran, con el objeto de evitar esa melancolía que la
pintura suele dar a los retratos que se hacen. La figura de Leonardo
tiene una sonrisa tan agradable, que más bien parece divina que humana, y
fue considerada maravillosa, por no diferir en nada del original..
(“Las vidas de los más excelentes pintores, escultores y
arquitectos”,1550).
Pintura de Cesare Maccari que representa a Leonardo pintando a Lisa
Gherardini. Pintar un retrato no es fácil. Supone un desafío especial
para cualquier artista, no sólo por el tema del parecido sino por el
sometimiento del pintor al modelo.
La relación especial que se produce un retrato viene motivada por el
interés que suscita en el ser humano la representación de sí mismo. Del
mismo modo, una relación muy especial se produce entre el artista y la
modelo, como es en este caso. Esta es la única pintura que tiene dos nombres igualmente famosos: Mona
Lisa (Lisa Gherardini) Gioconda (por ser la esposa de Francesco del
Giocondo). Sobre la identidad de la retratada se han tejido un sinnúmero
de historias que no logro comprender. Por lo que dejó escrito Vasari,
la identidad de la mujer retratada está garantizada.
Cientos de fábulas se han creado en
torno a la Mona Lisa y su autor. Desde que era homosexual hasta un
romance con la modelo. Esto último generó que el señor Giocondo no
quisiera saber nada con la pintura. Comprensible.
Copias
El dibujo corresponde a Rafael y es una interpretación bastante libre del original.
Viste de luto
Si existe una característica especial en esta obra de arte es su
singularidad de diferenciarse del resto. Ya que “el resto” está lleno de
estereotipos que lo hacen ser muy parecido entre sí.
La Mona Lisa es única y esto lo ha logrado Leonardo por los detalles que
la han hecho diferente en sus cinco siglos de existencia. Empezaremos
por el ropaje.
La copia más famosa realizada en el siglo XVI
es la que se encuentra en el Museo del Prado. El artista omitió el
fondo pero se pueden apreciar mejor los supuestos colores originales y
forma del ropaje.
La dama está sentada en un sillón, apoyando sus brazos en un costado del
asiento. En la copia que se encuentra en el Prado –también de la
época- nos permite apreciar como vestía. Muy austera, simple y
atemporal. Si bien es una mujer casada con un rico comerciante de sedas,
no lleva anillo ni joyas. Existen versiones que aseguran que está de
luto por la reciente muerte de su segundo hijo. Y es por eso que sus
ropajes son oscuros. Al menos los que vemos hoy en día, que no son los
mismos que veían sus contemporáneos.
Cabello
Las damas respetables de la época no llevaban el cabello suelto, no era
bien visto. Esto podía ser interpretado como un símbolo de “moral
relajada”. Sin embargo, Leonardo sentía especial gusto por el cabello
enrulado y suelto sobre el torso y esto se aprecia sobre todo en sus
pinturas de tema religioso.
En el Renacimiento existía un estereotipo de belleza diferente al de
la Mona Lisa. Más afín a los rostros, peinados y ropas como los
pintados, también por Leonardo, sobre estas líneas.
La luz
Cuando se realiza un retrato, lo primero que se determina es la postura
del modelo. Luego se define la relación del modelo en el ambiente que lo
rodea y el foco de luz que ilumina el cuerpo.
Leonardo ilumina desde arriba. El foco de luz produce una marcada sombra
que ayuda a crear una particular expresión en la mirada. Una mirada
incisiva y penetrante… La nariz proyecta una sombra sobre la boca y la
sombra del labio inferior ayuda a dibujarlo. Parte del cuello está en
sombra.
Todos estos aspectos contribuyen a que el rostro de la mujer resalte
claramente y determine tres zonas iluminadas: el rostro, el pecho y las
manos…
La cabeza está rodeada de sombras… para destacar de esa forma los rasgos
más trascendentes de esta pintura. La mirada y la sonrisa.
Volverse humo
El sfumatto es uno de los aportes más importantes de Leonardo al arte de
la pintura. Utilizó brillantemente la técnica de suavizar los bordes,
quitando rigidez a los contornos. Borrando el límite que se produce
entre dos formas yuxtapuestas.
En casi todos sus rostros y en especial en la Mona Lisa, los ojos, la
nariz y los labios estaban fundidos con suaves sombras, adquiriendo así
nuevos matices cada vez que la miramos. Esta técnica propicia la idea de
tercera dimensión… y volumen. Además de aumentar la sensación de
profundidad.
Como telón de fondo aparece un paisaje inspirado en las vistas que
Leonardo tuvo de los Alpes, cuando hizo su viaje a Milán… y que es
recurrente en varias pinturas. Leonardo se sintió atraído por incluir
como fondo a estos paisajes montañosos. Y en la Mona Lisa sucede lo
mismo: una agreste geografía en contraposición a la serenidad de la
mujer retratada. Ríos que descienden como serpientes por la montaña
entre una niebla que lo envuelve todo y formas que se diluyen en una
perspectiva atmosférica donde los colores de los objetos pierden
intensidad mientras más lejos están.
La palabra sfumatto puede traducirse también como “volverse humo”.
-El objeto material que tenemos ante nuestros ojos se diluye.
-Las sólidas montañas con formas erráticas se funden al cielo. Lo sólido se une a lo etéreo.
-Un camino sinuoso sin principio y sin final y un puente como los únicos y tímidos testimonios de la mano del hombre.
Quien acepta el sfumatto, acepta lo incierto. Acepta la incertidumbre,
acepta la ambigüedad y la paradoja como condición de la vida. Puede ser…
tal vez… a lo mejor…
La clave está en mantener nuestra mente abierta a lo incierto, y el
sfumatto es la llave para esa apertura. Es aceptar lo claro y lo oscuro,
lo hermoso y lo feo. Es aceptar que todo está enlazado. Sin bordes… sin
límites. Es aceptar que puede suceder cualquier cosa en cualquier
momento, estar mentalizado a las fluctuaciones y a lo inesperado.
Que no todos los misterios se pueden resolver. Que nuestros anhelos de
trascendencia e inmortalidad provocan en Dios una mueca similar a la
pintada por Leonardo en la Gioconda.
"La pintura es poesía muda, la poesía pintura ciega".
Sobre
risas y
miradas
La alegría que
expresamos a través de una sonrisa o risa es una condición natural en
los seres humanos y algo muy necesario pues nos indica un momento de
satisfacción. Es una reacción refleja y casi involuntaria. De hecho, nos
reímos cuando estamos contentos o cuando reaccionamos ante algo
gracioso. El gesto de reírse ilumina el rostro y pone en acción una
buena cantidad de músculos.
Sonreír y reír son dos momentos diferentes. La
risa es espontánea, ruidosa y sonora. Incluso la podemos conjugar con
casi todas las vocales. La sonrisa, en cambio, es silenciosa. Pero se
extiende más en el tiempo… es más duradera, sutil y misteriosa.
Sonreír estaba
permitido en la antigüedad pero no reírse. Mostrar los dientes era un
acto reprobable. ¿Y por qué? El progreso de la odontología era muy lento
y quedaba muy mal socialmente mostrar caries o dientes rotos o,
directamente, su ausencia. Por último, reír con la boca abierta -a carcajadas- era considerado una grosería – reservada a locos o a los borrachos.
La pintora francesa Vigee-Lebrun junto a su hija. La menor muestra los dientes. Algo inaceptable para la época.
No son muchas las
pinturas que sonríen, menos aún, las que ríen. La primera vez que una
sonrisa (después de la Mona Lisa) se presentó en sociedad fue en el
autorretrato de la pintora francesa Vigee-Lebrun en 1787, donde apareció
relajadamente junto a su hija que reía. La crítica de la
época la condenó diciendo que esta actitud era algo que “los amantes del
arte y las personas de buen gusto se unían para condena". Mostrar los
dientes era algo particularmente fuera de lugar.
A veces parece sonreír y otras refleja cierta amargura.
En realidad, da Vinci dejó un campo a la imaginación de los espectadores.
Señora ¿de qué sonríe, si se puede saber? La sonrisa de la
Mona Lisa es uno de los temas más recurrentes de la historia de esta
pintura. Mucho se ha hablado y especulado sobre ella. Mientras Lisa
Gherardini posaba tenía siempre alguien a su lado que cantaba o tocaba
algún instrumento musical o contaba alguna historia. “Mona Lisa era
muy bonita -escribió Vasari- mientras la retrataba, había gente que
tocaba y cantaba, y continuamente bufones que la hacían estar alegre,
para no llevar esa melancolía que suele tener a menudo la pintura de los
retratos. Y en este de Leonardo había un gesto muy agradable, era más
divino que humano a verlo, y se tenía como una obra maravillosa, por no
ser diferente del natural.”
Un sector del
labio se inclina débilmente hacia arriba, en un gesto esfumado
sutilmente. No hay líneas, no hay cortes, todo es delicadísimo. La
sombra nace por ese movimiento del labio superior y se enlaza suavemente
a la sombra arrojada por la nariz. Y ya que sonríe, es lícito
preguntarse de qué se sonríe. Si la expresión del rostro fuese de enojo
nos estaríamos preguntando por qué esta mujer está enojada. Si la
inclinación de la boca fuese pareja la sonrisa significa satisfacción.
Estaría contenta, simplemente. En cambio, si la inclinación es de un
solo sector la situación se modifica. Esto puede significar ironía. Cuando miramos
solo la boca no tenemos dudas de que sonríe irónicamente, pero cuando
miramos el conjunto del rostro y vemos la sombra de su ojo izquierdo,
descubrimos una inclinación muy similar a la de la boca. Y la sonrisa
que era irónica se convierte en una sonrisa de amargura. ¿Alegría,
ironía, amargura?
Algunas cosas graciosas que se han escrito sobre la sonrisa de la Mona Lisa. -Que la Mona Lisa sufría de bruxismo (hábito de apretar los dientes).
-Que padecía la parálisis de Bell, inflamación de los nervios faciales. -Que si le miramos la boca nunca la veremos sonreír y que sólo lo haremos si movemos los ojos a través del cuadro. -Que Freud sostuvo que esa sonrisa que perseguía a Da Vinci en varios cuadros expresaba el deseo inconsciente hacia su madre. -Que es un autorretrato de Da Vinci. -Que gracias a un
Software especializado en “medición de emociones”, concluyeron que la
Mona Lisa está un 83% feliz, un 9% disgustada, un 6% temerosa y un 2%
enfadada. -Que en 1503 Lisa
Gherardini acababa de dar a luz a su segundo hijo. Y que el cuadro
celebraría el nacimiento del pequeño Andrea, dos años después de que
Lisa hubiera perdido a su hija Camilla en el parto. La serenidad de la
Gioconda traduciría, así, el sentimiento de plenitud maternal. -Que en realidad
estaba aún embarazada y que “la postura de las manos sobre el abdomen”
lo manifestaría (N. de la R. las manos en realidad están apoyadas en el
brazo del asiento).
Ocho
de cada diez visitantes al museo del Louvre, en París, lo hacen
atraídos por la florentina de 25 años y convertida en el gran icono de
la pintura mundial.
No sabemos de qué ríe, pero al menos nos podría decir qué mira. ¿Mira a Leonardo o nos mira a nosotros?
Existen pinturas que miran pero no observan. No es lo mismo
Es el espectador
quien observa la pintura y por lo general ve miradas. “Me mira -dice- me
sigue con la mirada”. Esta es una doble condición: mirar y ser mirado. El retrato existe
si es contemplado. Pero la Mona Lisa también nos observa. Mira pero,
además, observa… al menos esa es la sensación que nos trasmite. Nosotros
somos los observados por esta mujer que parece saber algo secreto de
cada uno que la enfrenta. ¿En 500 años cuántas generaciones de hombres y
mujeres ha visto? “Los ojos de la
Mona Lisa – escribía Vasari – tienen una brillantez lustrosa y los
matices de la figura están realizados en colores pálidos, rosados y
grises…Las pestañas y las cejas están perfectamente diseñadas, lo cual
implica una gran técnica y mucha dificultad…La nariz es bellísima…”. La descripción
contradice a lo que actualmente vemos. Pues el tiempo ha hecho que todos
esos detalles (sobre todo el de las pestañas) ya no puedan apreciarse
con la misma nitidez. La Mona Lisa
pareciera ser un retrato estático, quieto, pasivo…Aunque por obra y
gracia de sus ojos que observan, se trastoca en un retrato ágil,
dinámico y muy activo. Pero es la movilidad del hombre que la creo,
ensimismado en sus ideas.
Castigada
Cuando el 21 de
agosto de 1911, Vincenzo Peruggia se la robó del museo de Louvre (se la
llevó bajo el brazo cubierta con su abrigo) la tuvo por un tiempo en su
cuarto apoyada contra la pared. Desde su cama la vigilaba mientras el
mundo consternado la buscaba por todo Europa. Así estuvo el
osado ladrón durante un tiempo hasta que comenzó a experimentar una
desagradable sensación de inquietud. La Mona Lisa no sólo lo miraba,
sino que lo observaba y Vincenzo Peruggia no lo soportó. Entonces no
sólo la dio vuelta contra la pared sino que la introdujo en un ropero.
Por primera vez en cuatrocientos años la Mona Lisa estaba castigada por
su impertinencia de observar, que es mucho más que mirar. Pero el
castigo no la amilanó, siguió sonriendo.
“Donde hay más sensibilidad, allí es más fuerte el
martirio”.
La vida en círculo
A Leonardo le fascinaba la geometría aplicada al arte. Había
que medir, calcular y buscar las proporciones exactas en los cuerpos. Hábito
heredado de la antigua cultura clásica y común a todos los hombres del
Renacimiento.
En las formas de la naturaleza están presentes la matemática
y la geometría. Y si los números están en las creaciones de la naturaleza,
también deberían estar presentes en las creaciones del hombre. La belleza es el
objetivo del arte en el Renacimiento. La belleza es el orden, la justa
proporción que otorgan las ciencias exactas. Entre las formas geométricas,
Leonardo prefería la circunferencia.
Si bien no abunda en la naturaleza, la circunferencia parece
ser parte importante de la creación, no tiene inicio ni fin. Representa, por
ejemplo, la luz y el calor en el sol. Y siendo el fuego algo tan amorfo e
inquieto pueda generar una forma geométrica tan precisa.
A Leonardo le llamaba la atención la caída de una gota de
agua sobre otra superficie líquida. Observaba como al tocarla distribuía sus
fuerzas de modo equitativo y equidistante, formando una o varias
circunferencias concéntricas. Y que algo tan amorfo e inquieto como el agua
pudiese provocar círculos tan definidos y perfectos.
La circunferencia también está es el centro de una
simple flor indicándoles a las aves e insectos que es ahí donde está el néctar
y el polen, posibles para la vida. La circunferencia es algo importante.
Ya anciano, se le acercó un noble con una hoja en blanco:
“Maestro, maestro dibújeme algo, cualquier cosa”, le rogó el hombre. Leonardo
tomó un lápiz y con un solo movimiento de mano le dibujó una circunferencia
perfecta. Algo muy difícil o casi imposible de lograr.
El hombre un poco desilusionado insistió en otra cosa más
digna, más reconocible: un ave, un animal o un rostro por ejemplo. “No lo
desestime -le dijo Leonardo- en esta circunferencia hay toda una vida de
aprendizaje”.
En este famoso dibujo de Leonardo (que ha servido a
ilustradores para múltiples trabajos artísticos) se ve a un hombre inserto en
un cuadrado y un círculo. El cuerpo de este hombre está dividido en cuatro
partes iguales. Es el famoso Hombre de Vitruvio.
Círculos
He descubierto algunas cosas interesantes en la Mona Lisa
que el tiempo dirá si son o no importantes.
El cuerpo humano, como todas las formas de la naturaleza, es
producto de un diseño; de una idea de belleza. Dios es un artista que define
con compás y regla los objetos de su creación. Y el artista es un pequeño dios.
Y la circunferencia, una forma geométrica simple y perfecta,
también presente en la Mona Lisa.
Ojo y pezón
En el cuerpo humano existen solo dos circunferencias.
Una está representada en el círculo del iris y la otra, en el pezón femenino.
Primero que nada, tomamos como referencia el ancho de la
pintura (53 cm) y trazamos una línea vertical en el centro (26,5 cm). Esta
vertical pasa por el ojo de la Mona Lisa.
Luego hicimos centro en el ojo y tomamos como referencia la
distancia (radio) hasta el punto más alto de la cabeza y dibujamos una circunferencia.
La cabeza de la Mona Lisa aparece inscripta en un círculo.
Entre las críticas que se suelen efectuar a esta pintura es
su amplia frente y el circulo superior de la cabeza, algo poco natural. Creemos
que esto obedece a que si trazamos otro círculo siguiendo la inclinación que
genera los labios, este limita -en su parte superior- con el nacimiento de la
frente, a la izquierda con la curvatura del velo y a la derecha con las
sombras. Por último, si trazamos una tercera circunferencia siguiendo la
curvatura de la cabeza se forman dos intersecciones: Una en el nacimiento del
velo y la otra, en el nacimiento de la boca. Justamente el punto fundamental de
esta obra y que tanto a dado que hablar.
Para Leonardo, el sentido más importante era el de la vista
y, en especial, la capacidad de observar la naturaleza para recrearla. Y el
instrumento que utiliza el artista para este proceso son sus manos.
Nos preguntamos qué más puede determinar este “hallazgo”.
¿Qué incidencia tiene en el resto de la obra? Por ejemplo, qué pasa con las
manos, el otro punto de atención en este retrato. Están en reposo y relajadas,
una sobre la otra. No son manos crispadas, ni entrelazadas. Estas manos -que
son bellísimas- parecieran no tener relación alguna con alguna forma
geométrica, sin embargo, si recurrimos nuevamente en una circunferencia, las
manos quedan insertas de un modo exacto en un círculo. Incluso pareciera que
Leonardo forzó la ubicación de los dedos de la mano izquierda para hacerlos
coincidir con el borde de la curvatura.
¿Y si cruzamos dos diagonales? Además de determinar el
centro de la circunferencia, las diagonales están paralelas a las direcciones
de los dedos. ¿Y qué sucede si trazamos una vertical ascendente que pase por el
centro del círculo?: Esta pasa por el centro del ojo derecho...del mismo modo
que el centro del círculo realizado en la cabeza hizo centro en el ojo
izquierdo.
“Todo lo que existe en el universo, será primero en la mente
del pintor y después en sus manos. Y aquellas cosas proporcionan armonía con
sólo mirarlas un instante”.
¿Además de esas circunferencias ocultas qué incidencia
tienen en el resto de la obra? Si trazamos dos verticales haciendo eje en el
punto más extremo de cada círculo generando así un rectángulo. Esto por sí solo
no representa casi nada, al menos que tracemos desde los ángulos opuestos dos
diagonales.
Estas dos diagonales se cruzan en el escote de la dama, dividiendo
en dos la pintura.
La intersección de las diagonales más una horizontal apuntan
a destacar el sector del ropaje más delicado… que tienen un exquisito bordado
de círculos entrelazados. Unos al lado de otros. Nuevamente la presencia del
círculo.
Y, por último, si tomamos como referencia el alto de la
cabeza y la multiplicamos por dos, la primera reproducción coincide con la base
donde se apoyan las columnas. La segunda, termina en la mano derecha.
¿Qué pueden significar esto? Tal vez nada. Quizá sea una
serie de felices coincidencias. Y de no ser coincidencias, demuestra que
Leonardo no dejaba nada al azar. Esta geometría oculta demuestra la pasión de
Leonardo por las ciencias exactas al servicio del arte y de la belleza. Todo
-lo visible e invisible- contribuye a que este retrato nos genere cierta
plácida inquietud y que, a pesar de los 500 años que han pasado, no sabemos
explicar bien de qué se trata.
Entonces:
1) El sfumato que rompe el límite de lo real.
2) El paisaje vaporoso, que une lo sólido con lo líquido.
3) La sonrisa enigmática.
4) Y la geometría oculta convierten a esta pintura en el
testimonio de un hombre sin igual.
Si bien la Mona Lisa no es la pintura más hermosa, es la
obra de un genio. Leonardo de Vinci era un hombre solo, no tenía familia, no
tenía estado propio y no tenía hogar. Una figura trágica que decía, sin
embargo, “he ofendido a Dios y a la
Humanidad porque mi trabajo no tuvo la calidad que debía haber tenido”
La Mona Lisa es su gran legado. Lo que resume todas sus
pasiones y preocupaciones. Y nos mira y su mensaje es un misterioso. Es el
secreto mejor guardado y es mejor que siga siendo así.